Todo este revuelo generado por la posibilidad de elección directa de
los Consejeros Regionales hace que nos levantemos cada mañana sintiéndonos más
“chilenos” similar a lo que ocurre cuando se aproxima el 18 de septiembre y le
sacamos el polvo a la parrilla, Sin embargo así como terminan las fiestas y nos
olvidamos de la cueca, la empanada y el mote con huesillo, también aplaudimos
la iniciativa presidencial para después olvidarnos del enorme presupuesto
destinado a la capital y a la supurante herida que es el Transantiago,
relegamos los problemas de Aysén al olvido y nos dedicamos a la teleserie de
turno mientras la Patagonia se hace cada vez más argentina y Valparaíso empeña
la “Joya del Pacífico” tratando de generar recursos para subsistir.
De esta forma nos olvidamos que no basta con generar mayor
representación vía elección de los CORE si no tienen la capacidad de hacer
contrapeso a los Intendentes designados, ejerciendo de esta forma una
democracia a medias. Seguimos encubriendo el problema principal y no somos
capaces de generar espacios en donde exista una participación y deliberación
efectiva por parte de los principales afectados en los diversos espacios
regionales. Hace falta un mayor compromiso para hacer frente a este problema,
reconociendo la existencia de nuestra larga y angosta franja haciendo memoria
de que Santiago no es Chile.
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Marco Álvarez, Francisca Mora, Valerie Canales. Periodistas de APUrados. |